He podido ver el artículo de la charla de José María O’Kean con Alejandro Inurrieta sobre “Retos y oportunidades de la economía española”.
Reconforta oírle decir «Solo hay una solución: necesitamos más empresas y más grandes. Así los salarios subirán, generaremos valor, generaremos productividad y cambiaremos el país». Es algo que cuando estoy en pie de pista con mis clientes haciendo procesos de coaching, se intuye y veo desde un punto de vista experiencial.
Más empresas consolidadas, más beneficio global
A más empresas consolidadas con una cierta dimensión, más estabilidad, más empleo, más beneficio para la empresa, más posibilidad de reinversión, más beneficio para el empresario y accionistas. En función del sector de actividad, rentas medias superiores a la media, mayor generación de valor, y qué duda cabe que ante un escenario como este, una mayor tendencia al incremento de la recaudación impositiva.
Esto me hace recordar la reflexión en uno de mis artículos de Linkedin que decía “Si la microempresa y la PYME, fuera una federación deportiva, sería líder indiscutible con 2.748.860 licencias federativas y el futbol sería la segunda con 907.223. Entre los primeros, hay en potencia unos cuantos campeones de Europa y algún que otro campeón del mundo, en las modalidades masculinas y femeninas de la competición”.
¿Qué caldo de cultivo se debe de crear para que de esta cantera de empresas, 2.748.860, que constituye el tejido empresarial español, cada vez haya más empresas en Champions y Primera División? Sinceramente, no sé qué es lo que se debe hacer, supera mis competencias.
Sin embargo, hablando con CEOs de empresas medianas, pequeñas y micro, cuando realizo con ellos sus procesos de coaching y trabajo con ellos codo con codo, suelo recordar la sugerencia de John Whitmore: “mira más allá de las bellotas”. Estamos delante de casi tres millones de robles en potencia. “Necesitan alimento, estímulo y luz para crecer, el caldo de cultivo, pero el roble ya se encuentra en su interior: la voluntad de ser empresario”. Quizás aquí está uno de los posibles puntos de palanca, a la reflexión del catedrático cuando afirma en su conversación que:
“…él prefiere tener mucho para repartir, a repartir para todos igual, pero muy poco. Tenemos que subir el nivel de renta por habitante y después utilizar los impuestos para redistribuir».
“…necesitamos una estrategia de país, pero no la vamos a tener”. Lo decía en referencia a cómo salir de la situación actual en la que, según sus palabras, no tenemos un modelo para crecer. Es lo que yo llamo, el caldo de cultivo.
En el día a día a pie de pista, no obstante, se tiende a relativizar, ya que hay que seguir remando y hace mucho que vivimos por aquí. Nuestras PYMEs y autónomos han nacido y crecido en este entorno y el que no se ha adaptado a las condiciones del hábitat, al más puro estilo Darwiniano desapareció. Simplemente, es una realidad objetiva y es que, como sabemos, según el tipo de hábitat que contemplemos, observaremos el tipo de flora característica de la zona. Mientras, yo continuaré hablando de inteligencia emocional y acompañando en sus procesos de coaching a los máximos responsables de sus unidades de negocio.
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